Cuando un equipo va mal, el principal culpable es el entrenador. ¿Solución? Cambiar el técnico. Año tras año pasa lo mismo. En esta temporada,
7 equipos han cambiado al director de orquesta.
Real Sociedad, Unión Deportiva Las Palmas, Real Madrid, Real Betis, Espanyol, Valencia y Levante. A veces sale bien, pero siempre hay un margen de error bastante alto. Con estos siete ejemplos
vamos a ver las diferencias, si realmente,
sale rentable cambiar de entrenador cuando el equipo pasa una mala racha.
1. Eusebio Sacristán. La
Real Sociedad necesitaba un cambio. Con
Moyes faltaba organización, juego y sobre todo,
entendimiento entre jugadores y técnico. La
llegada del ex azulgrana dio mayor
importancia al centro del campo. Ahora, el equipo txuri urdin tiene un estilo de juego que empieza a dar sus frutos.
Vela volvió a jugar y últimamente encaja en la plantilla, un aspecto positivo que permite que la ausencia de Agirretxe se supla a la perfección con el mexicano y
Jonathas. Eusebio
tiene el viento a favor y
sus números le otorgan una posición favorable para convertirse en el recambio perfecto de Moyes.
2. Quique Setién. Con una Unión Deportiva
Las Palmas sumergida en el negativismo y los malos resultados con Paco Herrera,
Setién ha tenido que devolver la ilusión al conjunto canario. La
Copa del Rey, donde el equipo isleño alcanzó los cuartos de final, sirvieron de
bálsamo. El técnico ha
mejorado los números de su predecesor, aunque visto queda que lleva
encajando una mala racha en las últimas jornadas y les han devuelto a los puestos de descenso. Sin embargo,
con Quique, los amarillos causan más peligro. Un claro ejemplo es la
reactivación de William José, clave en la delantera. Ha cambiado la cara a sus jugadores pese al duro golpe que fue
perder a un entrenador querido y que subió a la Unión Deportiva a primera división. La afición le respeta y comienza a sentir afecto por él. Cuando eso ocurre, los resultados empiezan a ser
3. Zinedine Zidane. Quizás el ejemplo más claro de que el cambio de un entrenador es necesario para
modificar la mala dinámica que el Real Madrid había alcanzado. Con Rafa Benítez los resultados eran malos, pero el juego era la preocupación. El Madrid desilusionaba con su fútbol. Jugadores emblema como Cristiano habían desaparecido. La
llegada de Zidane trajo felicidad al vestuario merengue. Los
resultados son idénticos que con Benítez. Pero
el aire que se respira en el Bernabéu es totalmente
diferente. El equipo blanco
mezcla el fútbol de toque con el contraataque, estilo que con el anterior entrenador había decaído en
beneficio de las labores defensivas. Los pesos pesados de la plantilla querían el cambio, y aquí lo tienen, pero lo cierto es que Zidane todavía tiene que mejorar, sobre todo en los partidos fuera de casa. Sin embargo, el francés, con el
apoyo de afición, presidencia y jugadores, tiene ganado más del 80%.
4. Juan Merino. El cambio total.
2 empates y una victoria en 4 partidos, que se antojan más relevantes ya que un empate es al Real Madrid, y la victoria al Valencia en Mestalla. Pepe Mel, muy querido en Sevilla, tuvo que decir adiós por segunda vez en su carrera. Era lo mejor para el club y así se ha visto. El equipo verdiblanco
ha recuperado soltura con Merino.
Verticalidad y posesión, justo lo que los andaluces necesitaban para aupar al equipo a posiciones medias de la tabla.
Lo que fue una sustitución temporal para buscar un nuevo entrenador,
se ha convertido en la solución. Merino, un hombre de la casa no solo ha devuelto la fe de la afición, sino que ha
impulsado a Adán y Rubén Castro ha ser más importantes. Restituido el fútbol en el Villamarín, solo queda esperar a que el equipo vaya creciendo con el paso de las jornadas.
5. Constantin Galca. Una situación totalmente contraria.
Galca llegó como revulsivo para un equipo que, pese a no estar en posiciones peligrosas, necesitaba estimularse para estar en la zona donde se merece. Sergio González, ex entrenador, parecía agotado en ideas. Más bien podía ser por la
desestructuración que sufría la plantilla.
Sin hilos de conexión entre las diferentes líneas. Ahora con Galca, ocurre lo mismo. El rumano, que llegaba tras hacer una gran campaña con el Steaua donde consiguió el triplete, conocedor del club, era el indicado para devolver a su lugar al Espanyol. Sin embargo
sus números dicen todo lo contrario. Los pericos están
a 1 punto del descenso. El técnico parece no encontrar la tecla adecuada. Solo fue ante el Barça en Liga cuando el equipo respondió y consiguió empatar a 0 en el derbi catalán. Ahora,
la directiva piensa en su sustituto, pero los jugadores pidieron que Galca no saliera del banquillo. Quizás era esto lo que tenían que haber hecho también con Sergio.
6. Gary Neville.
Novato y de habla no hispana. Con esta breve frase se resume todo. Neville, gran jugador,
tiene que hacerse todavía como técnico. En el Valencia confiaron en él, pero
la papeleta le viene demasiado grande. A un equipo mal organizado y con la mentalidad en negativo se une la falta de entendimiento con su entrenador. Neville no sabe español, y puede que parte de
su mensaje se pierda en las traducciones.
El inglés está en la cuerda floja.
Todavía no ha ganado ningún partido, salvo en Copa del Rey donde ayer cayó eliminado contra el Barça tras perder 7-0 en el Camp Nou y empatar 1-1 en Mestalla, donde Luis Enrique llevó al filial. El conjunto ché no funciona,
no elabora jugadas y no crea peligro.
La afición, muy soberana en Mestalla,
pide la destitución de Neville,
como ya hicieron con Nuno.
Se avecinan días intensos en Valencia.
7. Joan Francesc Ferrer 'Rubí'. De la escuela blaugrana.
Rubí sustituía a Lucas Alcaraz para revolucionar al Levante.
El juego ha cambiado pero el equipo está último y
a 5 puntos para salir del descenso. Preocupante sin duda. Pero, además del
sacrificio de los jugadores, hay algo que inspira confianza en el técnico. El juego puede hacer frente a cualquier equipo, ya se vio el pasado domingo ante el líder de la competición, el Barcelona. Rubí iguala a Lucas, pero hay
esperanza en el Ciudad de Valencia. Además, hay una cosa que ha hecho bien el Levante, los fichajes. El farolillo rojo
no tiene nada que perder y se ha reforzado pensando en eso, salir del pozo.
Duros en defensa y con los nuevos en el centro del campo y delantera, solo puede significar un progreso en la tabla.